lunes, 18 de febrero de 2008

CLASIFICACIÓN DE CONSUMIDORES




1. Hogares abnegados: el ama de casa que suele ir sola a surtir la despensa puede pertenecer a este grupo, ya que en sus compras considera mucho más la opinión de sus familiares. En general, se trata de personas con bajo nivel educativo sin interés por estudiar más y que reaccionan con frecuencia a las ofertas porque viven al día.
2. Pragmáticos: en la otra punta del consumo, está el grupo de los ‘pragmáticos’ que, aunque también tienen pocos ingresos, son personas que se caracterizan por tener ganas de crecer. Los pragmáticos están siempre a un paso a convertirse en clase media, por lo que suelen poner más interés en comprar algo de buena calidad, que sólo productos baratos.



3. Maduros tradicionales: dentro de esta misma (y novedosa) clasificación de hogares se puede detectar que dentro de la clase más popular existen consumidores ‘maduros tradicionales’, un grupo que se caracteriza por personas que ya tienen hijos mayores de edad, que valoran mucho a la familia pero que se preocupan poco por mejorar su nivel educativo.
4. Conscientes: en cambio, dentro de la clase media, la mayoría de los hogares fueron calificados como ‘conscientes’: se trata de parejas con niños, a las que les interesa poco la radio y la televisión, y que son muy racionales a la hora de adquirir algo nuevo. Suelen comparar antes de comprar, toman tiempo para decidir y les gusta la buena calidad de vida.

5. Fashion: la clase alta tampoco es un segmento uniforme de la población. Existen los hogares fashion, que gusta de probar nuevas cosas y que son perseguidos por todos los fabricantes por ser líderes de opinión dentro de su círculo social. Son más atrevidos, admirados y tienen personalidad propia. En cambio, los hogares maduros exitosos tienen el mismo poder adquisitivo, pero prefieren las actividades culturales y su consumo es más tradicional.


-CONCLUSIÓN
Hoy en día, el precio sigue siendo el factor número uno de compra, pero conforme los fabricantes se enfoquen en la segmentación, podrán fidelizar a los clientes y entonces el precio ya no será tan decisivo en la compra. En este sentido, la competencia se hace cada vez más fuerte, por lo que hace falta ‘algo’ más para atraer al usuario: “Si el cliente no lo ve y no lo toca, no lo compra”.
También se puede decir, que en todos los niveles socioeconómicos el consumo tiene algo en común: se hacen compras planeadas, pero también de impulso, lo que significa que todas las clases, en algún momento, coinciden en la forma cómo deciden adquirir sus productos.

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